Siempre me interesaron las personas. En mi infancia soñaba con ser profesora, luego médica y, ya de mayor, supe que lo que realmente me gustaba era escuchar. Comencé mi trabajo de terapeuta a través del cuerpo. Masajes, movimiento, teatro... Más tarde estudié la carrera de Psicología y comencé un camino de acompañamiento en torno a las palabras, sin dejar de lado lo anterior.
Quién soy es la pregunta de cada día. No me identifico con ninguna definición de mí misma. Estoy presente en mi tarea, me escucho y siento cada vez más. Las palabras son un puente para conocerse, pero no hay definición, es permanente cambio.
Te preguntarás cómo te puedo acompañar a ti en tu propio encuentro. El proceso terapéutico te hace salir del concepto estanco acerca de ti mismo y te lleva a la flexibilidad, a saber que eres de acuerdo a tus necesidades y deseos, tu entorno y tus circunstancias. Y eres mucho más que eso. Probablemente, en tu vida hayas sentido que eras varios, a veces una, a veces otro. Allí está el suelo fértil, el interés y la motivación para este trabajo. Una búsqueda de integración, de sentirte tú mismo.